Hay buenas ideas y buenas historias. La tv está plagada de las primeras, pero escasea en las segundas. En ese sentido, Mad Men es una piedra preciosa que reluce de manera increíble desde hace cuatro temporadas durante las cuales consiguió todos los premios que estuvieran a su alcance. El mundo de los publicitarios de la Avenida Madison es machista, homofóbico, racista, vicioso y pone en pantalla lo peor del american dream tal como se lo veía en los años cincuenta y sesenta, pero es tentador como el buen whiskey o las curvas de Marilyn y por eso nos gusta tanto.
La serie de Matthew Weiner para HBO parte de una premisa sencilla: retratar la vida laboral y personal de los dueños y empleados de "Sterling Cooper", una agencia publicitaria en la Nueva York de mediados del siglo pasado. La habilidad está puesta en la construcción de los personajes, los diálogos y la recreación de época. Allí vemos desfilar un singular grupo de protagonistas entre lo que se destacan Don Draper: el masculino director de arte de la compañía, Bert Cooper: el sabio y veterano director, la ascendente s
ecretaria Peggy Olson, la despampanante Joan Halloway,
Betty Draper: la sumisa ama de casa o el jóven trepador Pete Campbell.
Pero lo que realmente marca el ritmo de la serie es la
actualidad. Cada acontecimiento importante que ocurriera por aquellos años repercute en la vida de los personajes: las elecciones presidenciales, la crísis de los misiles cubanos, el suicidio de Marilyn Monroe o el asesinato de Kennedy transforman de alguna manera a la sociedad americana que de a poco comienza a abandonar una edad de oro para entrar en una nueva era en donde sus ideales se ponen en juicio.
Mad Men es la mejor forma de entender la vida en la américa de aquellos años. Una forma de ver la vida a traves del cristal facetado del diamante mas brillante de la televisión actual
Entre todos los atributos que posee Mad Men, uno que particularmente disfruto mucho es lo que los publicistas suelen llamar "product placement", es decir la inclusión de un producto o marca dentro de la narrativa. Un recurso que mal hecho (mpfffsuar!!!) puede ser MUY molesto pero bien utilizado puede convertirse en una excelente herramienta comunicacional y comercial.
Mad Men está plagada de estos ejemplos. Grandes multinacionales como La cadena de hoteles Hilton, los refrescos Dr Pepper, los cigarrillos Lucky Strikes, las fotocopiadoras Kodak o los tractores John Deere han pasado de manera brillante por la serie. Aunque los productores niegan que todas las marcas que se mencionan sean un "product placement". A continuación los dejo con una de las mejores escenas de la serie, el monólogo del final de la primera temporada. Don Draper presentando la campaña del carrousel de diapositivas de Kodak.
“Nostalgia . Una emoción delicada pero fuerte. Teddy me dijo que en griego nostalgia significa literalmente el dolor de una vieja herida; es una punzada en el corazón, mucho más poderosa que la simple memoria. Este aparato no es una nave espacial: es una máquina del tiempo. Va hacia atrás y hacia adelante. Nos lleva a un sitio al que anhelamos regresar. No se llama la Rueda: es el Carrusel. Nos permite viajar como viajan los niños. Damos vueltas y vueltas y volvemos a casa, al lugar donde sabemos que nos aman.”
No se ustedes, pero yo compro.
Mad Men ´The Carousel´ from Emilio on Vimeo.
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